miércoles, 22 de octubre de 2014

Llamada a la luz. Felicidad Montero

La Sala de Exposiciones de La Salina de Salamanca alberga el trabajo de la artista salmantina Felicidad Montero, compuesto por 28 cuadros y 3 esculturas. Estamos ante una excelente maestra de la ilustración, campo en que ha logrado un Premio Nacional, y ante una obra delicada por la composición del color, así como una fuente positiva de inspiración que desprende ante los ojos de quienes la contemplan. 


LLAMADA A LA LUZ. Texto de Felicidad Montero

"Esta exposición es fruto del trabajo de largos meses, de días tanto claros como oscuros iluminando el caballete junto al ventanal, de momentos de entusiasmo y de otros no tan brillantes en cuanto al ánimo, pero siempre con la necesaria regularidad en el trabajo para llegar a mostrar todo lo que estáis contemplando… cuando reviso reposadamente las obras realizadas, no puedo por menos de sentir la satisfacción de haber superado el camino que al ser iniciado presentaba posibilidades imaginadas pero aún no tangibles.

Es difícil que el ser humano se sienta totalmente satisfecho ante una tarea concluida. Siempre alberga en su interior una especie de insuficiencia que le hace por una parte sufrir, pero por otra, buscar incansablemente esa plenitud. 

Plenitud que en ocasiones se toca con los dedos, pero que, al final se escapa de las manos dejando siempre un leve poso de insatisfacción.

En todo caso, esa es siempre condición de los trabajos de los hombres. Los logros adquiridos quedan a la espalda y siempre sirven de fundamento a nuevas aspiraciones.

Lo que, a mi modo de ver, es esencial en todo creador, el mantener constantemente una inequívoca honestidad consigo mismo, sin hacer concesiones ni a modas ni a corrientes de último lanzamiento. Cada artista debe mojar el pincel en su propia alma y reflejar su propia naturaleza en sus creaciones, de modo que sean únicas y manifiesten su autenticidad y su personalidad. Lo definía muy bien Delacroix en una breve frase: “Un cuadro sólo es un puente entre el alma del artista y la del espectador”. Es cierto. No existe arte sin que haya una comunicación de vivencias y de sensaciones de las que se apropie el contemplador. No es posible que una verdadera aportación artística deje indiferente al visitante.

Con estas pautas de honestidad y búsqueda sincera, se han realizado estas creaciones que os rodean. Yo me sentiría muy satisfecha si os proporcionaran momentos de sosiego, de empatía con el color y los temas aportados. También desearía que salierais de esta sala con el alma un poco más liviana y con recuerdos bellos que iluminen, aunque sólo sea, un pequeño trocito de vuestras vidas. La llamada a la luz está esperando". Felicidad Montero

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